domingo, 19 de agosto de 2012

Trastorno de la Personalidad por evitación!


"La característica esencial del trastorno de la personalidad por evitación es un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inadecuación y una hipersensibilidad a la evaluación negativa que comienzan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos". DSM-IV

Síntomas y trastornos asociados

Los individuos con trastorno de la personalidad por evitación suelen evaluar atentamente los movimientos y expresiones de aquellos con quienes tienen contacto. Sus temores y su comportamiento tenso pueden provocar la ridiculización y la burla de los demás, lo que a su vez confirma sus dudas sobre sí mismos. Sienten mucha ansiedad ante la posibilidad de reaccionar a las críticas sonrojándose o llorando. Los demás les describen como «vergonzosos», «tímidos», «solitarios» y «aislados». Los mayores problemas asociados a este trastorno se presentan en la actividad social y laboral. La baja autoestima y la hipersensibilidad al rechazo están asociadas a la restricción de contactos interpersonales. Estos sujetos llegan a estar relativamente aislados y normalmente no tienen una gran red de apoyo social que les ayude en los momentos de crisis.

Síntomas:

Las personas con trastornos de la personalidad por evitación no pueden dejar de pensar en sus propias limitaciones y establecen relaciones interpersonales con otras personas sólo si creen que no serán rechazados. La pérdida y el rechazo son tan dolorosos que estas personas prefieren estar solos antes que arriesgarse a tratar de conectarse con otros.

Tratamiento

Los medicamentos antidepresivos a menudo pueden hacer que las personas sean menos sensibles al rechazo. Sin embargo, la terapia psicológica (psicoterapia) se considera el tratamiento más efectivo para esta afección.
La terapia psicodinámica, que ayuda a los pacientes a entender sus pensamientos y sentimientos, y la terapia conductual cognitiva (TCC) pueden ayudar. Asimismo, una combinación de medicamentos y psicoterapia puede ser más efectiva que cualquiera de los tratamientos por separado.




Algunas Frases que pueden decir las personas con este trastorno:
  1. "Tengo que tener afecto".
  2. "Debo de parecer tonto cuando la gente me mira".
  3. "El mundo es un lugar peligroso".
  4. "Yo tengo que tener el apoyo de otros para estar seguro".
  5. "Aislarse es mejor que exponerse al daño que pueda hacerte otros".
  6. "Toda crítica es mala y condenable".
  7. "Tengo que tener garantías absolutas de que voy a ser aceptado por la gente".
Criterios:
Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y una hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes ítems:
(1) evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo
(2) es reacio a implicarse con la gente si no está seguro de que va a agradar
(3) demuestra represión en las relaciones íntimas debido al miedo a ser avergonzado o ridiculizado
(4) está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las situaciones sociales
(5) está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de sentimientos de inferioridad
(6) se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los demás
(7) es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras
Caso Clínico (Un hombre tímido y derrotado)
El Sr. D es un licenciado de 32 años de edad, soltero, que acude a consulta porque piensa que ha fracasado totalmente en su trabajo y en su vida sentimental. Después de varios años no ha podido hasta ahora acabar su tesis. Aunque ha acumulado miles de fichas y cientos de referencias, el Sr. D se ve incapaz de finalizar el proyecto. Trabaja de ayudante de cajero en una librería. Cada vez está más convencido de que se quedará detrás de una caja registradora por el resto de su vida, cosa que le resulta particularmente dolorosa, porque odia su trabajo, y constantemente teme cometer un error y que un cliente o su jefe puedan regañarle.
El Sr. D es extremadamente tímido. Tiene grandes problemas para iniciar conversaciones con desconocidos por miedo de decir algo estúpido. Cuando se le invita a fiestas suele dar excusas para no asistir, pero cuando se atreve a ir, se siente avergonzado y desconcertado y está seguro que esta ruborizado todo el tiempo. Generalmente se pone tan ansioso y esos sentimientos le abruman tanto que se marcha antes de tener la oportunidad de hablar con alguien. Esto hace que se sienta como un idiota e incluso se le quitan aun mas las ganas de aceptar la siguiente invitación.
Muy de vez en cuando el Sr. D ha mantenido una breve relación con una mujer, generalmente presentada por un conocido de los dos, pero las relaciones siempre acaban mal. Las mujeres se sorprenden por su falta de impulso sexual y son ellas quienes han de tomar la iniciativa. El Sr. D se muestra entonces penosamente cohibido, teme no salir airoso y suele acabar con eyaculación precoz.
El Sr. D es el mayor de 3 hermanos, de una familia de clase media baja. Aparentemente el Sr. D fue un chico bastante agresivo, fogoso y alegre hasta los 5 años de edad, pero entonces su padre lo pillo desnudando a la hija menor de su vecino y jugando con su vagina. El Sr. D recibió una paliza, y un sacerdote del barrio le sometió a un proceso de mortificación. Después de varios meses de rígida enseñanza religiosa y autodisciplina, perdió su coraje y agresividad, se fue volviendo cada vez mas tímido y se le declaro absuelto de sus pecados. Desde entonces ha tendido a evitar conflictos, y ha sido un alumno cuyos rendimientos siempre han resultado inferiores a los que se esperaba él.
El Sr. D es inteligente y psicológicamente sofisticado. Sin que se le pregunte refiere que su timidez y temor a la crítica proviene de la vigilancia con la que sentía que sus padres observaban su comportamiento. Cuando el entrevistador le pregunta cómo afecta esto a sus relaciones sexuales, sonríe y dice: "Es como si siempre tuviera a mi padre mirando". Entonces recuerda un sueño en el que él está haciendo el amor con una mujer en el asiento trasero de un taxi, cuando el taxista les interrumpe y acaba por sustituirle a él. El paciente es obligado a ponerse en el asiento delantero y mirar por el espejo retrovisor mientras la pareja mantiene relaciones sexuales. Menciona, de paso que la mujer es muy vieja y no muy bonita en realidad.
En la segunda sesión, el Sr. D está callado y tímido con el terapeuta y niega conscientemente cualquier recuerdo de tipo sexual. Cuando se le presiona para ver lo que le ocurre, el paciente, sorprendido, se da cuenta de que ya esperaba que el terapeuta fuera exigente y crítico con él. El Sr. D quiere entender y cambiar su comportamiento, pero no está seguro de que pueda supera la vergüenza de tener que revelar todos sus pensamientos a alguien que seguramente juzgará cuando le diga. Esta timidez es debida a que anteriormente no ha estado nunca en tratamiento y no está seguro del tiempo que deberá permanecer en él. Le preocupa también el tiempo y la energía que tendrá que dedicar al tratamiento, que le podrían distraer de su trabajo en la tesis, así como la posibilidad de "abrir la caja de Pandora”. Su situación económica es muy delicada.

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