Algunas Frases que pueden decir las personas con este trastorno:
- "Tengo que tener
afecto".
- "Debo de parecer tonto
cuando la gente me mira".
- "El mundo es un lugar
peligroso".
- "Yo tengo que tener el
apoyo de otros para estar seguro".
- "Aislarse es mejor que
exponerse al daño que pueda hacerte otros".
- "Toda crítica es mala y
condenable".
- "Tengo que tener
garantías absolutas de que voy a ser aceptado por la gente".
Criterios:
Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y una hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes ítems:
(1) evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo
(2) es reacio a implicarse con la gente si no está seguro de que va a agradar
(3) demuestra represión en las relaciones íntimas debido al miedo a ser avergonzado o ridiculizado
(4) está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las situaciones sociales
(5) está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de sentimientos de inferioridad
(6) se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los demás
(7) es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras
Caso Clínico (Un hombre tímido y derrotado)
El Sr. D es un licenciado de 32
años de edad, soltero, que acude a consulta porque piensa que ha fracasado
totalmente en su trabajo y en su vida sentimental. Después de varios años no ha
podido hasta ahora acabar su tesis. Aunque ha acumulado miles de fichas y
cientos de referencias, el Sr. D se ve incapaz de finalizar el proyecto.
Trabaja de ayudante de cajero en una librería. Cada vez está más convencido de
que se quedará detrás de una caja registradora por el resto de su vida, cosa
que le resulta particularmente dolorosa, porque odia su trabajo, y
constantemente teme cometer un error y que un cliente o su jefe puedan
regañarle.
El Sr. D es extremadamente tímido.
Tiene grandes problemas para iniciar conversaciones con desconocidos por miedo
de decir algo estúpido. Cuando se le invita a fiestas suele dar excusas para no
asistir, pero cuando se atreve a ir, se siente avergonzado y desconcertado y está
seguro que esta ruborizado todo el tiempo. Generalmente se pone tan ansioso y
esos sentimientos le abruman tanto que se marcha antes de tener la oportunidad
de hablar con alguien. Esto hace que se sienta como un idiota e incluso se le quitan
aun mas las ganas de aceptar la siguiente invitación.
Muy de vez en cuando el Sr. D ha
mantenido una breve relación con una mujer, generalmente presentada por un
conocido de los dos, pero las relaciones siempre acaban mal. Las mujeres se
sorprenden por su falta de impulso sexual y son ellas quienes han de tomar la
iniciativa. El Sr. D se muestra entonces penosamente cohibido, teme no salir
airoso y suele acabar con eyaculación precoz.
El Sr. D es el mayor de 3
hermanos, de una familia de clase media baja. Aparentemente el Sr. D fue un
chico bastante agresivo, fogoso y alegre hasta los 5 años de edad, pero
entonces su padre lo pillo desnudando a la hija menor de su vecino y jugando
con su vagina. El Sr. D recibió una paliza, y un sacerdote del barrio le
sometió a un proceso de mortificación. Después de varios meses de rígida
enseñanza religiosa y autodisciplina, perdió su coraje y agresividad, se fue
volviendo cada vez mas tímido y se le declaro absuelto de sus pecados. Desde
entonces ha tendido a evitar conflictos, y ha sido un alumno cuyos rendimientos
siempre han resultado inferiores a los que se esperaba él.
El Sr. D es inteligente y psicológicamente
sofisticado. Sin que se le pregunte refiere que su timidez y temor a la crítica
proviene de la vigilancia con la que sentía que sus padres observaban su
comportamiento. Cuando el entrevistador le pregunta cómo afecta esto a sus
relaciones sexuales, sonríe y dice: "Es como si siempre tuviera a mi padre
mirando". Entonces recuerda un sueño en el que él está haciendo el amor
con una mujer en el asiento trasero de un taxi, cuando el taxista les
interrumpe y acaba por sustituirle a él. El paciente es obligado a ponerse en
el asiento delantero y mirar por el espejo retrovisor mientras la pareja
mantiene relaciones sexuales. Menciona, de paso que la mujer es muy vieja y no
muy bonita en realidad.
En la segunda sesión, el Sr. D
está callado y tímido con el terapeuta y niega conscientemente cualquier
recuerdo de tipo sexual. Cuando se le presiona para ver lo que le ocurre, el
paciente, sorprendido, se da cuenta de que ya esperaba que el terapeuta fuera
exigente y crítico con él. El Sr. D quiere entender y cambiar su
comportamiento, pero no está seguro de que pueda supera la vergüenza de tener
que revelar todos sus pensamientos a alguien que seguramente juzgará cuando le
diga. Esta timidez es debida a que anteriormente no ha estado nunca en
tratamiento y no está seguro del tiempo que deberá permanecer en él. Le
preocupa también el tiempo y la energía que tendrá que dedicar al tratamiento,
que le podrían distraer de su trabajo en la tesis, así como la posibilidad de
"abrir la caja de Pandora”. Su situación económica es muy delicada.